
HERRAMIENTAS VIRTUALES



Introducir tecnología a nuestro plan académico no fue fácil, de hecho, ha sido un camino duro que resultó favorecedor cuando nos enfrentamos a la pandemia. Te contamos la historia…
Ser de los primeros colegios de nivel básico en incluir un sistema virtual de enseñanza, hacer uso de iPads y reducir los libros un 60%, parecía una modernidad innecesaria, pero la pandemia nos demostró que el apoyo de la tecnología es la solución para algunas situaciones inesperadas.
En plática con Miss Sandra Lee, Directora General del Sistema Viktor Frankl, conocimos la historia detrás de la Educación de Calidad que se logró a partir de integrar sistemas virtuales en el plan académico del Colegio Viktor Frankl.
La semilla la dejó sembrada la fundadora del colegio, Miss Constanza Basurto, quien en busca de mejorar sus métodos de enseñanza envió a integrantes de su equipo docente a viajes pedagógicos a Finlandia para conocer sistemas nuevos de aprendizaje; respecto a esto Miss Sandy opina que “lo que más nos aportó fue que abrió nuestra mente”.
“Nos cuestionamos qué tan relevante era lo que le enseñábamos a los chicos, de qué manera podíamos educar siendo más amigables y centrados en ellos, pero de la idea a la acción había una brecha muy grande, porque dependía también de las herramientas que teníamos y de nuevos recursos”, cuenta Miss Sandy.
Mientras llegaban las herramientas perfectas, el equipo académico, liderado por Miss Magali Flores y secundada por Miss Cristy De Pedro, siguió trabajando en la transversalidad de manera planeada, progresiva y orgánica. Y un año después surgió el match perfecto con los sistemas UNOi y Knotion con sus ecosistemas funcionales con iPads.
“Sabíamos que esto iba a revolucionar a nuestros papás y no iba a ser fácil… casi no queríamos que nos gustara por todo lo que iba a implicar”. Pero cuando el plantel Secundaria, liderado por Miss Claudia Munguía, se sumó al proyecto, no había marcha atrás y empezó el cambio.
“Hubo muchas objeciones ideológicas y económicas que generaron un reto enorme, a lo que siguieron dos años críticos”. El primero fue el lanzamiento verbal con papás, la capacitación del equipo y el año de resolver controversias para la puesta en marcha. Miss Sandy se sinceró contándonos: “Y pensamos que era el año difícil, pero no”. El segundo año tuvo una dificultad emocional generada por el proceso del cambio, “vino un desencanto que nos hizo preguntarnos, ¿qué hicimos? Fue mi primera crisis como Directora General, y llegué a pensar que había llevado a la organización a un mal lugar”.
Sin duda el tiempo de aprendizaje era obligado, y a pesar de que conocían las luces y las sombras en teoría, el reto era vivir las propias experiencias y seguir adelante, seguir aprendiendo, aplicando y mejorando, hasta que llegó la respuesta de que sí se había tomado una buena decisión: la pandemia.
La transición a clases virtuales fue tan natural que parecía todo escrito, y fue la clave para reafirmar que el sistema iba por el camino correcto. “Que la educación sí se puede transformar para mejorar”.
¿Y ahora qué sigue? El nuevo reto es personalizar este sistema integrado, “hacerlo totalmente nuestro. Hay una frase que me gusta y dice que para romper las reglas primero tienes que dominarlas”, concluyó Mis Sandy.