Acceso a Padres de Familia:

La educación del futuro

¿Has reflexionado sobre cuál es el propósito genuino de la educación que le quieres brindar a tus hijos?

Una de las respuestas más comunes es que tengan un buen trabajo, más o mejores oportunidades y un buen ingreso que les permita acceder a lo que necesiten; todo lo anterior, para un último objetivo: sentirse plenos y felices.

Los padres de hoy deben ser conscientes de que, además de la importancia del conocimiento en su educación para el mañana, es necesario desarrollar las competencias que sus hijos requieren para integrarse plenamente en la sociedad del siglo XXI que viene cargada de retos que deberán afrontar con creatividad, colaboración y conciencia social.

¡Te invito a conocer mi segundo hogar!

Las competencias de las que hablamos son las denominadas competencias socioemocionales, entre las que se encuentran: la toma responsable de decisiones, el autoconocimiento, la autorregulación, la empatía y la perseverancia; existe evidencia

que apunta a que estas son el fundamento de las relaciones sanas y constructivas que van directamente relacionadas con la felicidad y la plenitud que experimenta un ser humano.

Según la neurociencia, las competencias socioemocionales se pueden adquirir a cualquier edad gracias a la neuroplasticidad de nuestro cerebro, pero el momento ideal para comenzar a desarrollar y modelar estas competencias para sus hijos es hoy, y nada mejor que hacerlo de la mano del Colegio Viktor Frankl, que es un importante copartícipe en la educación los niños.

Todo comienza desde el nombre, pues las fundadoras del colegio se inspiraron en la vida de Viktor Frankl, psicólogo austriaco y precursor de la logoterapia,
que en su experiencia, viviendo en campos de concentración, identificó que el humano puede tener limitaciones físicas, pero no se le puede limitar su actitud ante la vida.

Ante esta visión, las fundadoras notaron que además de desarrollar y formar la parte intelectual de los niños, es también prioritario formarlos como seres humanos resilientes que se conocen y que pueden tener una actitud ante la vida que los distinga, una actitud que no solo se basa en ser positivo, sino una actitud que deriva de la autorregulación y del autoconocimiento.

Si bien el Colegio Viktor Frankl se basó inicialmente en un modelo tradicionalista, evolucionó para adaptarse a las competencias que los niños necesitan para el siglo XXI y se realizó de una manera estudiada y con asesores europeos.

La evolución ha sido a través de la investigación pedagógica, situación que respalda a la institución con 20 años de experiencia.

Esto ha permitido que sus egresados se distingan por ser personas resilientes, colaborativas, que se saben comunicar en la diferencia de opiniones, con sentido de comunidad y conciencia social. Además, son personas

que pueden vivir una experiencia internacional sin dificultades, que saben resolver problemas y que tienen conocimientos de mucha calidad.

Sin embargo, su éxito va mucho más allá de la propia institución. El éxito del Colegio Viktor Frankl se basa en tres importantes factores:

• Talento humano. Las personas que colaboran con la escuela tienen alto perfil profesional, con mucha experiencia en sus ámbitos y basan su enseñanza a través del ejemplo.

• Padres de familia. Son los líderes del proyecto de formación de su hijo; mientras la escuela solo busca ser copartícipe de dicho desarrollo. Los padres de familia son apoyados a través del programa “Escuela para padres”, en el que se les guía para que le puedan brindar a su hijo una educación del siglo XXI y no del siglo XX, que fue la educación que ellos recibieron.

• Comunicación. La escuela promueve una política de puertas abiertas para que los padres de familia puedan estar pendientes e involucrados tanto como lo deseen con la educación de sus hijos.

Al integrarse los tres factores anteriores, la experiencia del alumno que estudia en el Colegio Viktor Frankl es crecer en un lugar diseñado para
ser como su segundo hogar. Un lugar que cree en una experiencia de aprendizaje que es colaborativa, divertida, cordial y significativa, al mismo tiempo que ayuda a los niños a desarrollar sus competencias socio-emocionales.

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